lunes, 11 de diciembre de 2017

LA LECTURA, REDUCTORA DE ESTRÉS Y ALARGADORA DE VIDA, SEGÚN LOS ESTUDIOS

«Perderte en un libro es la máxima relajación». Fueron las palabras del Dr. David Lewis, neuropsicólogo de la Universidad británica de Sussex y principal responsable de un estudio llevado a cabo en el año 2009 que concluyó que la lectura puede llegar a reducir los niveles de estrés hasta en un 68%.

La investigación, encargada por Galaxy Chocolate con el objetivo de lanzar una campaña para regalar un millón de libros en los seis meses siguientes, demostró que leer funcionaba mejor y más rápido que otros métodos para aliviar el estrés, como escuchar música, caminar o tomar una taza de té.

UN VIAJE AL MUNDO LITERARIO
Según los investigadores, estos resultados están relacionados con el hecho de que nuestra mente debe concentrarse en la lectura, lo que unido a la distracción de ser llevado al mundo literario alivia la tensión de los músculos y el corazón.

El Dr. Lewis señaló, además, que realmente no importa qué libro se lee, sino que la lectura estimule la creatividad y lleve a la persona a un estado alterado de la conciencia que le haga escapar de las preocupaciones y las tensiones del mundo cotidiano.

EN SOLO SEIS MINUTOS DE SILENCIOSA LECTURA
El estudio se desarrolló incrementando los niveles de estrés y ritmo cardíaco en un grupo de voluntarios mediante una serie de pruebas y ejercicios para, con posterioridad, probar los citados métodos tradicionales de relajación. La lectura fue el mejor método, dado que tan solo se necesitó leer, silenciosamente, durante seis minutos para reducir la frecuencia cardíaca y aliviar la tensión muscular.

Frente al 68% de reducción de estrés con la lectura, escuchar música obtuvo un 61%, tomar una taza de té un 54%, caminar un 42% y jugar a videojuegos un 21%.

Y, ADEMÁS, ALARGA LA VIDA
El reseñado no es el único estudio que reconoce las bondades de la lectura habitual. En el año 2016, un estudio de la Universidad de Yale, llevado a cabo entre 3.635 personas divididas en tres grupos según sus hábitos lectores, concluyó que quien más lee resulta ser más longevo. Así, quienes leían hasta tres horas y media a la semana tenían un 17% menos de probabilidades de morir en los siguientes 12 años. El porcentaje ascendía hasta un 23% en aquellas personas que leían más de ese lapso de tiempo. Los resultados desvelaron, además, que las personas lectoras vivían una media de al menos dos años más comparadas con las que no leían nada.


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